Fabricio Sierra, el DT que lleva regalos a pacientes con cáncer
"Mi hija murió de cáncer". Su hija era Thais. Estaba a punto de cumplir cinco años cuando la noticia golpeó el corazón y la vida de Fabricio Sierra y Laure, su esposa.
Thais era una niña de ojos grandes y sonrisa encantadora. La vida, sin embargo, trazó un destino inesperado para ella. Le detectaron cáncer a los cuatro años y falleció antes de lo esperado, pero dejó un recuerdo que está grabado en la piel de Fabricio: el dibujo de una mariposa de colores que lleva tatuado en el brazo. Thais es desde entonces, su pequeña mariposa. La niña que cambió su vida, sus intenciones, su corazón.
Cuando la pequeña Thais falleció, Fabricio había dejado de entrenar a Alianza Lima para trabajar en Sporting Cristal, siempre en las divisiones menores. Las personas más cercanas a su entorno lo definen como un estudioso. Desde hace diez años, por ejemplo, viaja a Europa para ver los entrenamientos de grandes equipos como el Bayern Múnich, AC Milan, Borussia Dortmund, entre otros, con el único objetivo de seguir aprendiendo. Otros, sin embargo, afirman que es demasiado exigente producto de su apasionamiento por cumplir las metas. Las opiniones son diversas, pero todos coinciden en una en particular: es una persona de corazón enorme.
En la cabeza de Fabricio transitan ideas de todo tipo, aunque la mayoría están vinculadas al fútbol. Habla de este bendito deporte a todo momento y en todo lugar. Es capaz de explicarte una tarea táctica específica con bolsitas de azúcar en un restaurante porque se le ocurrió de repente, mientras uno le hablaba de cine. En su mente hay un pleito de soluciones tácticas colectivas e individuales que solo él entiende. El año pasado dirigió el equipo reserva de Municipal y, mientras unos lo felicitaban, lo abrazaban o lo llamaban, en su mente solo pensaba qué movimiento específico en el campo iba a realizar en el siguiente partido para corregir y mejorar algo que no le gustó.
No obstante su obsesión desde que empezó como técnico en el 96, aún no ha logrado superar la que fue su mejor decisión técnica: desde que en el 2007 perdió a su pequeña Thais, año a año reúne la ayuda de amigos cercanos y de toda la gente que en general quiera participar, para llevar regalos a los pacientes más necesitados del área de pediatría del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN). “Fue una promesa que me hice”, admite Fabricio, en declaraciones a El Comercio.
Este año no será excepción para Fabricio y sus amigos, sino todo lo contrario. Mientras pasa el tiempo, su cabeza manda, su corazón consiente, pero la ayuda siempre le parece insuficiente y siente que debe entregar más tiempo a la tarea. No es solo una cuestión de ayuda, es una cuestión de vida. Mientras decide su futuro en el fútbol, su tiempo está ligado al cien por ciento a recaudar todo tipo de ayuda de quienes buscan colaborar con la causa. Su departamento, de hecho, está repleto de bolsas de comida, tarros de leche, ropa de todo tipo y juguetes. En esta época no recibe visitas porque es imposible dar dos pasos en su casa.
En estos días, por ejemplo, reunió a su equipo de trabajo para armar mil canastas y entregarlas a los niños de Neoplásicas. El día crucial será mañana, cuando Fabricio y toda su comitiva entregue todo lo recaudado en el cruce de Angamos con Aviación, intersección en la que se ubica el Hospital de Neoplásicas. Los camiones ya están contratados y las personas, comprometidas. Lo acompañarán amigos, futbolistas, ex futbolistas, familiares, y más.
“Yo hago esto con todo el amor del mundo porque fue una promesa que hice cuando falleció mi hija. Junto a muchas personas de mi entorno, llevamos ayuda con la intención de mejorar la calidad de vida de los pacientes de pediatría de Neoplásicas”, explica el entrenador a El Comercio. Y ese es, en definitiva, su principal objetivo: mejorar la calidad de vida del paciente. Ayudar, obtener una sonrisa. Fabricio se entrega a esta misión con la misma pasión con la que se sienta con el Ipad a buscar una solución táctica.
No se considera Papa Noel ni nada por el estilo. No le gusta que lo comparen. Ni como entrenador ni como persona. Una vez lo rotularon como el Patch Adams peruano. No le gustó. “No me comparen, él es ídolo, se dedicó toda su vida a esto”, respondió.
Fabricio es Sierra, pero también es más que eso. Es la persona que entrega sin recibir nada a cambio, solo por ver felices a los más necesitados. Es la persona que guía sus decisiones según el trazo en el viento de la mariposa que lo acompañará por el resto de su vida y que nunca lo dejará solo. Thais, su mariposa. Esto es por ella. Y por sus otras hijas: Mia, Almudena y Noah, sus otros motores.
Es amigo, padre, entrenador, pero sobre todo, persona. Y ejemplo.
Originalmente publicado en El Comercio
Thais era una niña de ojos grandes y sonrisa encantadora. La vida, sin embargo, trazó un destino inesperado para ella. Le detectaron cáncer a los cuatro años y falleció antes de lo esperado, pero dejó un recuerdo que está grabado en la piel de Fabricio: el dibujo de una mariposa de colores que lleva tatuado en el brazo. Thais es desde entonces, su pequeña mariposa. La niña que cambió su vida, sus intenciones, su corazón.
Cuando la pequeña Thais falleció, Fabricio había dejado de entrenar a Alianza Lima para trabajar en Sporting Cristal, siempre en las divisiones menores. Las personas más cercanas a su entorno lo definen como un estudioso. Desde hace diez años, por ejemplo, viaja a Europa para ver los entrenamientos de grandes equipos como el Bayern Múnich, AC Milan, Borussia Dortmund, entre otros, con el único objetivo de seguir aprendiendo. Otros, sin embargo, afirman que es demasiado exigente producto de su apasionamiento por cumplir las metas. Las opiniones son diversas, pero todos coinciden en una en particular: es una persona de corazón enorme.
En la cabeza de Fabricio transitan ideas de todo tipo, aunque la mayoría están vinculadas al fútbol. Habla de este bendito deporte a todo momento y en todo lugar. Es capaz de explicarte una tarea táctica específica con bolsitas de azúcar en un restaurante porque se le ocurrió de repente, mientras uno le hablaba de cine. En su mente hay un pleito de soluciones tácticas colectivas e individuales que solo él entiende. El año pasado dirigió el equipo reserva de Municipal y, mientras unos lo felicitaban, lo abrazaban o lo llamaban, en su mente solo pensaba qué movimiento específico en el campo iba a realizar en el siguiente partido para corregir y mejorar algo que no le gustó.
No obstante su obsesión desde que empezó como técnico en el 96, aún no ha logrado superar la que fue su mejor decisión técnica: desde que en el 2007 perdió a su pequeña Thais, año a año reúne la ayuda de amigos cercanos y de toda la gente que en general quiera participar, para llevar regalos a los pacientes más necesitados del área de pediatría del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN). “Fue una promesa que me hice”, admite Fabricio, en declaraciones a El Comercio.
Este año no será excepción para Fabricio y sus amigos, sino todo lo contrario. Mientras pasa el tiempo, su cabeza manda, su corazón consiente, pero la ayuda siempre le parece insuficiente y siente que debe entregar más tiempo a la tarea. No es solo una cuestión de ayuda, es una cuestión de vida. Mientras decide su futuro en el fútbol, su tiempo está ligado al cien por ciento a recaudar todo tipo de ayuda de quienes buscan colaborar con la causa. Su departamento, de hecho, está repleto de bolsas de comida, tarros de leche, ropa de todo tipo y juguetes. En esta época no recibe visitas porque es imposible dar dos pasos en su casa.
En estos días, por ejemplo, reunió a su equipo de trabajo para armar mil canastas y entregarlas a los niños de Neoplásicas. El día crucial será mañana, cuando Fabricio y toda su comitiva entregue todo lo recaudado en el cruce de Angamos con Aviación, intersección en la que se ubica el Hospital de Neoplásicas. Los camiones ya están contratados y las personas, comprometidas. Lo acompañarán amigos, futbolistas, ex futbolistas, familiares, y más.
“Yo hago esto con todo el amor del mundo porque fue una promesa que hice cuando falleció mi hija. Junto a muchas personas de mi entorno, llevamos ayuda con la intención de mejorar la calidad de vida de los pacientes de pediatría de Neoplásicas”, explica el entrenador a El Comercio. Y ese es, en definitiva, su principal objetivo: mejorar la calidad de vida del paciente. Ayudar, obtener una sonrisa. Fabricio se entrega a esta misión con la misma pasión con la que se sienta con el Ipad a buscar una solución táctica.
No se considera Papa Noel ni nada por el estilo. No le gusta que lo comparen. Ni como entrenador ni como persona. Una vez lo rotularon como el Patch Adams peruano. No le gustó. “No me comparen, él es ídolo, se dedicó toda su vida a esto”, respondió.
Fabricio es Sierra, pero también es más que eso. Es la persona que entrega sin recibir nada a cambio, solo por ver felices a los más necesitados. Es la persona que guía sus decisiones según el trazo en el viento de la mariposa que lo acompañará por el resto de su vida y que nunca lo dejará solo. Thais, su mariposa. Esto es por ella. Y por sus otras hijas: Mia, Almudena y Noah, sus otros motores.
Es amigo, padre, entrenador, pero sobre todo, persona. Y ejemplo.
Originalmente publicado en El Comercio
POEMA NAVIDEÑO PARA UN HOMBRE ENCARCELADO, de Charles bukowski
Hola Bill Abbott:
me parece muy valioso que distribuyas mis libros
allá en la cárcel, mis poemas y cuentos.
si puedo aligerar la carga de algunos de los tipos con
mis libros, de huevos
pero la literatura, sabes, es difícil de asimilar
para el hombre ordinario (y para el extraordinario también);
a mí no me gusta la mayoría de la poesía, por ejemplo,
por eso escribo la mía de la manera que me gustaría leerla.
La poesía pareciera que se está volviendo mejor, más
humana,
la claridad del lenguaje tiene algo que
ver con eso (W. C. Williams vino y le pidió
a todos que aclararan el lenguaje)
luego
vine yo.
Pero escribir es una cosa, y la vida
otra, pareciera
que hemos mejorado la escritura un poquito
pero la vida (nuestra y ajena)
no pareciera estar mejorando gran
cosa.
Charles Bukowski
(continua en el siguiente link: http://solobukowski.blogspot.pe/2012/03/poema-navideno-para-un-hombre.html)
me parece muy valioso que distribuyas mis libros
allá en la cárcel, mis poemas y cuentos.
si puedo aligerar la carga de algunos de los tipos con
mis libros, de huevos
pero la literatura, sabes, es difícil de asimilar
para el hombre ordinario (y para el extraordinario también);
a mí no me gusta la mayoría de la poesía, por ejemplo,
por eso escribo la mía de la manera que me gustaría leerla.
La poesía pareciera que se está volviendo mejor, más
humana,
la claridad del lenguaje tiene algo que
ver con eso (W. C. Williams vino y le pidió
a todos que aclararan el lenguaje)
luego
vine yo.
Pero escribir es una cosa, y la vida
otra, pareciera
que hemos mejorado la escritura un poquito
pero la vida (nuestra y ajena)
no pareciera estar mejorando gran
cosa.
Charles Bukowski
(continua en el siguiente link: http://solobukowski.blogspot.pe/2012/03/poema-navideno-para-un-hombre.html)
Palabra justa: desnudando al resultado
La situación de Sporting Cristal representa perfectamente la identidad de la mayoría de los hinchas de esta hermosa institución, que siempre se ha caracterizado por mostrar el mejor fútbol en Perú. Con la versión de Cristal 2015, la hinchada se ha dividido en 2 argumentos, que son los siguientes:
• “No sé cómo somos punteros jugando así”
• “No importa cómo juguemos, importa que estamos invictos”
A aquellos del segundo grupo no les queda más que ir donde ellos, darles un abrazo y decirle pobrecitos. Da mucha pena, claro que sí. Ellos viven el fútbol desde el resultado puro. No se emocionan cuando se juega bien, pero más importante, no disfrutan el buen juego, lo lindo. Yo no sé para qué ven fútbol entonces, es una cosa insólita. Ellos son la representación máxima del utilitarismo en nuestra sociedad y de la necesidad de éxito urgente . Una pena.
Ahora, es para estar orgulloso ver gente pidiendo un mejor juego, un mejor fútbol. No importa estar invictos mil partidos, nosotros queremos disfrutar, no aburrirnos. Y eso nos hace diferentes, porque hay que vivir el fútbol desde la ilusión y pensar en el resultado cuando acabe el partido. A esta gente linda, a estos luchadores sin recompensa, hay que acercarse y decirles que son un ejemplo de dignidad y de la identidad de Sporting Cristal. Ya que el único DNI del club es la pelota, que fue, es y siempre va a ser lo más importante en el fútbol.
Pero hay que entender desde un principio, que los que están satisfechos de cómo viene jugando Sporting Cristal, categorizan a la belleza como estúpida. Piensan que la belleza en el fútbol no sirve. Pero por suerte nuestra, la belleza en el fútbol es rentable. ¿Por qué? Porque el camino más corto para llegar al triunfo pasa por jugar bien., y eso queremos, jugar bien para estar siempre más cerca del triunfo.
Lástima que el nivel del fútbol peruano satisfaga al juego mediocre. Se puede ganar siempre con simplemente un buen plantel, con jugadores decisivos. El nivel del fútbol nacional alimenta a todos esos resultadistas, ya que nos siguen preguntando: Si Cristal está invicto tantos partidos y no juega bien, entonces ¿qué es jugar bien?, como si ellos no lo supieran. Y mientras buscamos las respuestas, los otros países ya están de acuerdo y progresando muchísimo más rápido que nosotros, y eso se llega a ver en competencias internacionales.
Hay que entender también que los pobrecitos buscan ganar antes que jugar bien y no jugar bien para ganar. Tienen la idea del buen juego como un adorno. Ellos piensan en ganar y después en adornar, cuando la manera más fácil de hacerlo es jugando bien.
Entonces yo me pregunto ¿Por qué esos resultadistas se molestan cuando Ahmed hace un cambio defensivo si estamos ganando? tienen unas contradicciones impresionantes. Salen a criticar a Ahmed por meterse atrás y que nos empaten, pero lo alaban cuando ganamos en casa jugando como equipo chico. ¡Yo no entiendo!
Da mucha pena ver al equipo jugando así, priorizando el resultado antes que el espectáculo. Pero aún más pena da que de la manera que jugamos estemos primeros, porque eso nos aleja aún más del buen fútbol.
Alessandro Heredia
• “No sé cómo somos punteros jugando así”
• “No importa cómo juguemos, importa que estamos invictos”
A aquellos del segundo grupo no les queda más que ir donde ellos, darles un abrazo y decirle pobrecitos. Da mucha pena, claro que sí. Ellos viven el fútbol desde el resultado puro. No se emocionan cuando se juega bien, pero más importante, no disfrutan el buen juego, lo lindo. Yo no sé para qué ven fútbol entonces, es una cosa insólita. Ellos son la representación máxima del utilitarismo en nuestra sociedad y de la necesidad de éxito urgente . Una pena.
Ahora, es para estar orgulloso ver gente pidiendo un mejor juego, un mejor fútbol. No importa estar invictos mil partidos, nosotros queremos disfrutar, no aburrirnos. Y eso nos hace diferentes, porque hay que vivir el fútbol desde la ilusión y pensar en el resultado cuando acabe el partido. A esta gente linda, a estos luchadores sin recompensa, hay que acercarse y decirles que son un ejemplo de dignidad y de la identidad de Sporting Cristal. Ya que el único DNI del club es la pelota, que fue, es y siempre va a ser lo más importante en el fútbol.
Pero hay que entender desde un principio, que los que están satisfechos de cómo viene jugando Sporting Cristal, categorizan a la belleza como estúpida. Piensan que la belleza en el fútbol no sirve. Pero por suerte nuestra, la belleza en el fútbol es rentable. ¿Por qué? Porque el camino más corto para llegar al triunfo pasa por jugar bien., y eso queremos, jugar bien para estar siempre más cerca del triunfo.
Lástima que el nivel del fútbol peruano satisfaga al juego mediocre. Se puede ganar siempre con simplemente un buen plantel, con jugadores decisivos. El nivel del fútbol nacional alimenta a todos esos resultadistas, ya que nos siguen preguntando: Si Cristal está invicto tantos partidos y no juega bien, entonces ¿qué es jugar bien?, como si ellos no lo supieran. Y mientras buscamos las respuestas, los otros países ya están de acuerdo y progresando muchísimo más rápido que nosotros, y eso se llega a ver en competencias internacionales.
Hay que entender también que los pobrecitos buscan ganar antes que jugar bien y no jugar bien para ganar. Tienen la idea del buen juego como un adorno. Ellos piensan en ganar y después en adornar, cuando la manera más fácil de hacerlo es jugando bien.
Entonces yo me pregunto ¿Por qué esos resultadistas se molestan cuando Ahmed hace un cambio defensivo si estamos ganando? tienen unas contradicciones impresionantes. Salen a criticar a Ahmed por meterse atrás y que nos empaten, pero lo alaban cuando ganamos en casa jugando como equipo chico. ¡Yo no entiendo!
Da mucha pena ver al equipo jugando así, priorizando el resultado antes que el espectáculo. Pero aún más pena da que de la manera que jugamos estemos primeros, porque eso nos aleja aún más del buen fútbol.
Alessandro Heredia
la Música
La música ha sido un componente sumamente importante en todas las civilizaciones históricas y prehistóricas. Es un arte que une a las personas, forma comunidad, ayuda a la estabilidad mental y es una de las expresiones artísticas más puras y que expresa mejor las emociónes.
En mi vida, cada tipo de música tiene un significado diferente para mí. Desde muy pequeño, mis hermanos, ambos músicos, han tenido un gran efecto en mis preferencias musicales, al igual que mis padres. Mis profesores de música dentro y fuera del colegio también me enseñaron mucho sobre qué es apreciar la música.
El rock clásico es el primero género de música del cual me enamoré. Bandas como Los Beatles, Rolling Stones, artistas como Sting, Paul Simon fueron mis favoritos por mucho tiempo. Sus canciones son creativas, simples para escuchar, las melodías inolvidables. Mi padre ponía su música de los sesentas y setentas en los viajes a la playa, siempre cantando. Es la música de mi infancia.
El rock progresivo, bandas como Pink Floyd, Yes, Jethro Tull y Genesis, es un tipo de rock más complejo, requiere un oído más refinado. Usa estructuras menos constantes, melodías más complicadas, y armonías con disonancias. Esta música me la mostró mi hermano Alejandro, y hasta ahora es mi música favorita, porque me desafía como oyente.
El jazz y el blues son tipos de música con más emoción. Robert Jhonson, Muddy Waters, Ray Charles, Louis Armstrong, Charlie Parker, y John Coltrane son algunos de los más icónicos dentro del Jazz y Blues. Mi amor por estos géneros de música se debe a mi hermano Daniel, quien me hacía sentarme en su cama cuando tenía siete u ocho años y me hacía cantar con él. Las progresiones de acordes son simples pero disonantes, con solos de trompetas y saxofones, y con letra triste, que llega al alma.
La música para muchos es un escape a la rutina del día a día, pero para mí una parte central de mi vida. Muchas veces simplemente me echo en el piso y escucho todo un álbum de cuarenta minutos, reconociendo cada nota, pensando en cada palabra. Yo vivo la música y la música me vive a mí.
Miguel Kantor
En mi vida, cada tipo de música tiene un significado diferente para mí. Desde muy pequeño, mis hermanos, ambos músicos, han tenido un gran efecto en mis preferencias musicales, al igual que mis padres. Mis profesores de música dentro y fuera del colegio también me enseñaron mucho sobre qué es apreciar la música.
El rock clásico es el primero género de música del cual me enamoré. Bandas como Los Beatles, Rolling Stones, artistas como Sting, Paul Simon fueron mis favoritos por mucho tiempo. Sus canciones son creativas, simples para escuchar, las melodías inolvidables. Mi padre ponía su música de los sesentas y setentas en los viajes a la playa, siempre cantando. Es la música de mi infancia.
El rock progresivo, bandas como Pink Floyd, Yes, Jethro Tull y Genesis, es un tipo de rock más complejo, requiere un oído más refinado. Usa estructuras menos constantes, melodías más complicadas, y armonías con disonancias. Esta música me la mostró mi hermano Alejandro, y hasta ahora es mi música favorita, porque me desafía como oyente.
El jazz y el blues son tipos de música con más emoción. Robert Jhonson, Muddy Waters, Ray Charles, Louis Armstrong, Charlie Parker, y John Coltrane son algunos de los más icónicos dentro del Jazz y Blues. Mi amor por estos géneros de música se debe a mi hermano Daniel, quien me hacía sentarme en su cama cuando tenía siete u ocho años y me hacía cantar con él. Las progresiones de acordes son simples pero disonantes, con solos de trompetas y saxofones, y con letra triste, que llega al alma.
La música para muchos es un escape a la rutina del día a día, pero para mí una parte central de mi vida. Muchas veces simplemente me echo en el piso y escucho todo un álbum de cuarenta minutos, reconociendo cada nota, pensando en cada palabra. Yo vivo la música y la música me vive a mí.
Miguel Kantor
descubriendo
Para el hombre cotidiano, la rama de la literatura más notable es, y quizás siempre será, la narrativa. Obras como el Quijote o Hansel y Gretel parecen empapar la cultura moderna y rodearla hasta que se vuelven casi universalmente reconocidos. Pero existe otra rama de la literatura que es más huraña, más difícil de leer, pero a la vez muy intensa; como un alborotado adolescente tentado por las grandezas de una nueva libertad: la Poesía, atrevido arte incomprendido, es una narrativa condensada: los lugares, el tiempo y los personajes se condensan en su forma más íntima: en sensaciones, en sabores, en melancolía o en grandeza. La poesía es un conducto para llorar, alabar o contar, y como la cura a muchas enfermedades, fue algo que descubrí demasiado tarde.
Lo digo así porque la poesía es un arte que debe acompañar. Los sentimientos humanos son universales, pues muy claro está que todos lloran—tanto de felicidad como de tristeza. Por eso, nunca deberíamos creernos solos cuando sentimos. La poesía es, en este caso, como la sal: aumenta el sabor de todo. Solo que lugar de hacerlo con la comida, la poesía magnifica la intensidad de la vida. El poeta, siendo observador de sus altibajos cotidianos, pone sa disposición del lector una perspectiva fresca, única, e independiente a la suya. Así es como logra acompañar a la persona es su sensación. Un hombre extasiado encontrará mayor regocijo leyendo una oda a algo bello, mientras que alguien cabizbajo entenderá por qué se sufre en este mundo con un buen verso.
Yo descubrí la poesía cuando me acercaba al fin del colegio. Cuando ya había pasado por angustias, éxitos, pensamiento y decepciones. He tenido una vida solitaria sin versos, sin un poeta que me susurre sobre la belleza de una cebolla, o que me diga cuáles son los nueve monstruos de este mundo. Sólo cuando llegué a conocer a Neruda, luego de una experiencia romántica, encontré la potencia que hay en las estrofas. Los versos son distantes porque la existencia humana es compleja, y describir al lector la medida y el grado de las experiencias, la profundidad de los sentimientos, y el peso de las sensaciones, es un desafío que solo puede ser expresado a través de comparaciones, metáforas, y todo aquello que complica. Por eso es que no nos deberíamos asustar con la poesía. Por fuera será complicada, pero por dentro es auténtica. Cada verso cuenta una historia y a su vez, engrandece la nuestra.
Martín Pérez
Lo digo así porque la poesía es un arte que debe acompañar. Los sentimientos humanos son universales, pues muy claro está que todos lloran—tanto de felicidad como de tristeza. Por eso, nunca deberíamos creernos solos cuando sentimos. La poesía es, en este caso, como la sal: aumenta el sabor de todo. Solo que lugar de hacerlo con la comida, la poesía magnifica la intensidad de la vida. El poeta, siendo observador de sus altibajos cotidianos, pone sa disposición del lector una perspectiva fresca, única, e independiente a la suya. Así es como logra acompañar a la persona es su sensación. Un hombre extasiado encontrará mayor regocijo leyendo una oda a algo bello, mientras que alguien cabizbajo entenderá por qué se sufre en este mundo con un buen verso.
Yo descubrí la poesía cuando me acercaba al fin del colegio. Cuando ya había pasado por angustias, éxitos, pensamiento y decepciones. He tenido una vida solitaria sin versos, sin un poeta que me susurre sobre la belleza de una cebolla, o que me diga cuáles son los nueve monstruos de este mundo. Sólo cuando llegué a conocer a Neruda, luego de una experiencia romántica, encontré la potencia que hay en las estrofas. Los versos son distantes porque la existencia humana es compleja, y describir al lector la medida y el grado de las experiencias, la profundidad de los sentimientos, y el peso de las sensaciones, es un desafío que solo puede ser expresado a través de comparaciones, metáforas, y todo aquello que complica. Por eso es que no nos deberíamos asustar con la poesía. Por fuera será complicada, pero por dentro es auténtica. Cada verso cuenta una historia y a su vez, engrandece la nuestra.
Martín Pérez